Hemos practicado la técnica del "binomio fantástico". Os incluyo algunos. Si queréis saber más de esta técnica, podéis consultar en el enclace "Aprende jugando" en la opción del "Taller de cuentos".
Un día se creó una pelota especial, podía hablar.
Cuando ya estaba acabada dijo:
-¡Buenos días!.
Unos minutos después vino un hombre y
la compró. Ese hombre tenía un hijo que al verla dijo:
- Te llamarás baraja.
Un día el niño preguntó:
- ¿Quieres jugar conmigo?.
- Síííí..– respondió la pelota.
Un par de minutos después el niño gritó:
- ¡Baraja!.
- ¿Que quieres?.- contestó la pelota.
El niño le dijo:
- No, nada. Es que tengo una baraja.
Y así fue cómo Baraja conoció a su nueva amiga, la baraja.
(Llum Jara)
Había una vez una estantería de una tienda donde vivían una pelota y una baraja de cartas. Estaban casadas y se querían mucho.
Un día un niño se llevó la baraja de cartas y la pobre pelota se quedó sola y triste.
Pasaron los meses y los años.
Cuando el niño creció y tuvo un hijo fue a la tienda y compró la pelota a su hijo.
Desde entonces pelota y baraja estuvieron juntas para siempre.
(Irene Núñez)
Un día Juan estaba jugando con su pelota y sus padres estaban sentados jugando a las cartas.
De repente, se cayó la baraja de la mesa y en ese momento la pelota de Juan cayó encima de la baraja.
Juan dejó la pelota allí y se fue con sus padres. La baraja se enfadó con la pelota y quería irse. La pelota dijo que había sido Juan quien la había puesto allí.
Entonces la baraja y la pelota hicieron las paces y fueron amigas para siempre.
(Mía Nigro)
EL JUGUETERO
Un hombre que fabricaba juguetes estaba muy cansado de las barajas normales y un día tuvo una idea: inventar barajas para niños.
Cuando las terminó las miró bien: el “as” era una pelota, el “dos” un oso de peluche, el “tres” un parque acuático…
Fue un gran éxito y decidió hacer más juegos.
Un día se le ocurrió un juguete buenísimo: Un juego de pelotas, el Kimpín.
¡Se puso hasta en los juegos olímpicos!.
- ¡Mira que éxito tuvo el Kimpín!, ¿a qué sí?.
(Alex Moreno)
Había una vez una pelota que paseaba por el jardín de su casa y de repente vio a una carta y le preguntó:
- ¿Estás bien?, ¿te has perdido?.
- No, pero vivo dentro de la casa. –Contestó la carta.
- Yo también, pero yo vivo fuera en el jardín.
- Yo te ayudaré a entrar.
Las dos se dirigieron a
la puerta. Como estaba abierta entraron y llegaron a la habitación del niño y ahí se reencontró con su amiga la baraja.
(Bianca Aymes)
Un día una baraja fue a casa de la pelota, su amiga. La pelota dijo:
- ¿Juegas conmigo a las cartas?.
- No, nunca jugaré contigo. - Respondió.
Al día siguiente la pelota se encontró a la baraja y le dijo:
- ¡Juegas conmigo ahora mismo!.
- No, -respondió la baraja.
Por la tarde las dos se aburrían. La pelota se preguntó por qué no querría jugar.
Una nube, que lo veía todo y además todos los días, hizo que se reunieran las dos.
La nube dijo:
- Si lo hacéis amablemente a lo mejor sí que quieren jugar todos con vosotros y no habrá discusiones.
Tres minutos más tarde estaban haciendo un plano que más o menos ponía esto:
“09:00 jugamos a las cartas…..”
Desde ese día fueron todos felices en ese jardín.
(Marta Quert)